Un valor imaginario

miércoles, enero 18, 2006

Crítica de un planeta impuro de Immanuel Kuhn

Poco conocida es la faceta del célebre filósofo de la Ilustración Immanuel Kuhn como escritor de ciencia ficción, lo que es una verdadera lástima, ya que es autor de una interesantísima novela-ensayo filosófica precursora de la ciencia ficción que posteriormente tanto influiría en escritores contemporáneos como Filippe Ubique.

La obra más imperativamente categórica de Kuhn es, sin duda alguna, Crítica de un planeta impuro, en que un joven filósofo alemán se ve trasladado milagrosamente a otro planeta mientras está soñando con darle la vuelta a un calcetín y, al despertar, se encuentra en un mundo completamente diferente, lleno de extrañas criaturas y fenómenos sorprendentes.

En el libro, el Filósofo (que es llamado así a lo largo de todo el texto) se encuentra tumbado en la entrada de una extraña mansión de apariencia medieval llamada Villa Datum, con un inmenso portón de madera atrancado. El Filósofo, que no da crédito a sus sentidos, decide llamar a la puerta. Acto seguido, ésta se abre y se le presenta el mayordomo de la mansión: Mr. Noumen. A partir de aquí, se despliega ante nuestros sentidos un maravilloso mundo de formas, situaciones y aventuras realmente espectaculares.

La apertura de la puerta no es sino una metáfora de la apertura al conocimiento vedado inicialmente a nuestros sentidos. Al igual que en las Crónicas de Narnia de C. S. Lewis todo un mundo maravilloso se encuentra más allá del fondo de un armario, Kuhn nos presenta un universo lleno de imaginación detrás del portón de Villa Datum. No me extrañaría que Lewis se inspirase en este precursor para crear parte de su universo fantástico.

La sucesión de diálogos entre el Filósofo y Mr. Noumen es prodigiosa. Mientras que el primero no quiere creer en lo que ven sus ojos, el segundo trata de convencerle utilizando ingeniosos sofismas, que rápidamente son rechazados, a veces con ciertos toques de humor negro.

La novela es algo densa, como suelen ser los libros de filosofía del autor, aunque está escrita con vocación de amenidad. No obstante, ello no desmerece una trama bien conseguida, unos personajes sólidos y un lenguaje algo barroco pero cargado de una fuerza poco usual en las obras de la época.

Sencillamente, es un libro a leer por quienes gustan de considerarse completistas en el mundo de la literatura fantástica. Aquellos que sostienen que la ciencia ficción es algo más que sagas inacabables y apuestan por contenidos de mayor valor literario, deberían hacerse con esta novela, difícil de conseguir, aunque posiblemente se encuentre disponible en algunas bibliotecas o en alguna tienda de libros de viejo.